Este
libro llego a mí, como la mayoría, sin recomendaciones y sin haber leído ninguna
reseña simplemente me llamo la atención y lo me lo quede; estuvo un montón de
tiempo en mis libros por leer y un día que no podía decidirme por nada le di
una oportunidad y les aseguro que no me arrepiento. En la Isla, es un libro de supervivencia, de lucha, de amor y de cómo una
situación puede cambiar tu vida para siempre.
Debo confesar que, habiendo leído la
sinopsis, el rollo avión estrellado –
mujer mayor – chico joven me sonaba un poco a “Lost” con cualquier historia
de amor cliché pero les juro que nada más lejos de la realidad. En la Isla
comienza con TJ un chico que se recupera de una enfermedad y cuyos padres han
arrastrado a unas vacaciones en familia (que no le apetecen para nada) en
donde, además, tendrá que ponerse al día con las clases para lo que le han
contratado una profesora particular, Anna.
TJ y Anna, por motivos diferentes,
terminan viajando unos días después de los padres de él a las Maldivas, donde
pasaran las vacaciones. Lo que debería ser un viaje de ensueño
termina siendo una vorágine de contratiempos que tienen como punto cumbre el
infarto del piloto del hidroavión donde viajaban y su posterior caída en medio
del mar. Llegar a una isla en medio de la nada parece, en cierto momento,
que es su salvación pero es allí donde realmente empieza todo su calvario.
En la Isla definitivamente no es
Lost. Ellos no tienen agua (y no encuentran ninguna fuente milagrosa de agua
potable), son dos personas de ciudad que no tienen ni idea de cómo abrir un
coco, tienen que ir al baño, Anna tiene el periodo, TJ Erecciones matutinas. Son dos personas normales, con necesidades
normales pasando por una situación para la que no están preparados. Comer,
asearse y refugiarse son aventuras que poco a poco nos van contando ambos; un
capitulo contado por Anna y uno por TJ. Es bastante agradable conocer ambos
puntos de vistas, y como ven desde su ángulo las diferentes situaciones que se
les presentan.
El tiempo En la Isla, que no es
poco, les va planteando poco una serie de obstáculos que sortear. Vivir en una
isla por muy paradisiaca que parezca es un ambiente hostil en el que una infección
o la deshidratación pueden ser la causa de una muerte si no hay los mínimos
recursos para defenderse. La autora supo
manejar muy bien los detalles, no son abrumadores pero nos hacen comprender la
realidad a la que se enfrentan Anna y TJ, fuera de algunas cosas
relacionadas con delfines, el libro es bastante realista tanto en lo que se
refiere a supervivencia como a la relación que surge entre los protagonistas.
Es fácil identificar las emociones que van invadiendo a Anna y TJ, desde el
principio, la negación, la esperanza, el miedo, la desesperación, la resignación,
la rabia, la angustia, el cariño, la necesidad… Son dos seres humanos aislados,
alejados de todo e intentando sobrevivir, aferrados el uno al otro y descubriéndose.
Cuando TJ y Anna logran salir de la
isla, que sí que lo logran, y regresar a la civilización no es un cuento de
hadas. Pasar por una situación marca
para siempre y la autora nos regala una historia mas allá de la isla que nos
hace entender como han crecido y madurado ambos personajes.
Yo admito que me enamore de este
libro, de esta pareja de personajes y me encanto la historia. Muy bien lograda
y amena de leer.
Sinopsis
A sus treinta años, Anna Emerson siente que su vida se ha estancado. Harta de los largos inviernos de Chicago y de una relación de pareja que no parece tener futuro, Anna acepta sin pestañear la oferta de una acaudalada familia de pasar el verano en las Maldivas como tutora de su hijo T. J. Éste, por el contrario, no está precisamente entusiasmado con el plan. Aún no ha cumplido los diecisiete, acaba de superar un cáncer con pronóstico incierto y lo único que desea es recuperar su vida y volver a ser el de antes.Tras un largo viaje plagado de contratiempos, el destino coloca a Anna y T. J. en una avioneta rumbo al paraíso, pero, mientras vuelan sobre las aguas azul turquesa del océano Índico, el aparato se estrella en un mar infestado de tiburones. Anna y T. J. sobreviven milagrosamente y son arrastrados por la corriente hasta una isla deshabitada. Los días se convierten en semanas, las semanas en meses, y sus esperanzas de rescate se van disipando. Así, con apenas alimentos y a merced de un clima despiadado, Anna y T.J. aprenden a subsistir en un entorno tan bello como peligroso, pero el mayor desafío para Anna será el de convivir con un chico que rápidamente se está transformando en un hombre.
Otras Reseñas: Olor a Libro Nuevo y Café, Divagando Entre Lineas.
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