domingo, 5 de agosto de 2012

#Diario - Yo También Soy Débil

Creo la idea generalizada sobre mi que tienen algunas personas es que no tengo sentimientos. La verdad es una idea que hasta cierto punto yo misma he fomentado, no con intensión, por mi manera de ser. Suelo hacer chistes de todo, y no me gusta llorar; y creo que es precisamente esto ultimo lo que me a traído problemas. Cuando murió mi mama todo el mundo a mi alrededor estaba preocupado por mi, me había quedado no solo sin la persona que mas amo en el mundo sino también sin casa, sin dinero, y sin la única persona con la había vivido por 21 años y la había visto morir prácticamente en mis brazos. Recuerdo que ese día perdí los modales y mande a mas de uno a la mierda, pero seamos honestos que alguien te pregunte ¿como estas? cuando estas sentada al lado del cadáver de tu madre es una inutilidad total coño.

Recuerdo que mis tíos y mi padre me miraban impactados, porque yo estaba sentada en aquella cama de hospital sosteniendo la mano de mi mama, y mirando su rostro inexpresivo. Insistían en taparle el rostro y yo, sin discutir, insistía en mirarla, allí impávida, sin llorar. No podía tener miedo, ¿como iba a tener miedo de algo si ya mi mayor miedo se había hecho realidad? Desde que tengo uso de razón el hecho pensar en que mi mama moriría me daba terror, pero todos vamos a morir, algún día debía enfrentarme a eso. Hasta ese día nunca había tenido una muerte de alguien realmente fundamental para mi, ni de mi núcleo cercano, pero si había tenido una madre y un padre que trabajaban en el negocio funerario desde que nací así que lo de enfrentar la muerte no era nada que no conociera pese a no haberla padecido. Sabia que debía arreglar todo lo de la funeraria y eso hice. Ver a la gente llorar y no pensar en nada mas que un hecho que ya no tenia solución me inquietaba. No comprendo la necesidad de llorar por algo que no podemos cambiar, no al menos cuando se esta rodeado de gente. 

Esa noche dormí en la funeraria, comí y fui a casa a cambiarme con mis amigos; reí, hice chistes y hasta me mofe de reacciones desmedidas de gente que actúa ante la muerte con desesperación y desatino, por supuesto lo hice en privado, con las personas que realmente me conocían y que vivieron conmigo el deterioro de mi mama. Con esas personas que entendían que mi mama merecía descansar en paz porque sus últimos meses fueron peor para ella que cualquier otra cosa en la vida, con las personas que entendían que yo estaba en paz no porque me pesara cuidar a mi mama sino porque ella esta bien de nuevo. Les conté que esa misma mañana había visto con mejor semblante a mi mama pero que ella se sentía mal y que con toda la practicidad que la caracterizaba me había dicho que se estaba muriendo; que fuese a buscar a el medico pero que no corriera ni me desesperara porque ella se iba a morir y también les conté que fue en ese momento en el que llore, porque no podía hacer nada, por la inminencia de que algo que nunca has podido siquiera imaginar iba a pasar, llore mientras esperaba que medico saliera, intente entrar donde la atendía porque estaba desesperada, pero cuando el medico me confirmo que ya no había nada que hacer yo no podía llorar. Llame a las personas que necesitaba llamar, a las que ella unos días antes me había pedido que llamara cuando muriera y llame a las personas que yo necesitaba, a las que sabia que no iba a dar el pésame o preguntarme como estaba sino que iban a entender que las necesitaba, a esas personas que comprendían que eso era un dolor que va mas allá de lo que puede llorar. 

Cuando salimos al crematorio sabia lo que me esperaba así que elegí estrategicamente con quien irme, yo no había entrado sino dos veces a ver a mi mama en la urna y ya había escuchado comentarios relacionados a mi estabilidad mental y sí aceptaba o no la muerte de mi mama, pero seamos honesto yo no tenia que aceptar nada, estaba muerta y ya, no había nada que debatir dentro de mi. Simplemente no había querido conservar la imagen de mi mama en una urna como su ultimo recuerdo, si esto les parecía tan extraordinario lo siento pero yo ya tenia suficiente con haberla visto sufrir y deteriorarse poco a poco como para guardar ese recuerdo también, ya yo la había visto sin vida cuando aun lo necesitaba. Pero como todo llega, empezaron las preguntas ¿que harás? ¿donde te vas a quedar? ¿con quien vas a dormir? ¿que necesitas? y para todas esas preguntas mi cerebro solo procesaba respuestas sarcásticas que mi boca tuvo el acierto de contener, y si bien necesitaba mudarme no debía ser de inmediato y yo solo quería ir a mi cama a dormir, a descansar lo que hace meses no descansaba, quizás fui egoísta pero yo quería dormir.

Pero todo no es mas que la historia de los dos días mas tristes mas de mi vida, donde no actué como una loca desesperada que todos esperaban pero eso no me exime de sentir, de estar triste, de que aun después de mas de tres años me siga haciendo falta mi mama como el primer día. Cada día lucho por no olvidar su voz, por no olvidar su aroma, en ocasiones estallo en llanto, en ese llanto que no necesitaba esos días porque la tristeza era demasiada, Yo También Soy Débil como todo el que ha perdido lo que mas amaba, ese amor que se sabe irrepetible e irreemplazable. El que me ha visto llorar por mi mamá y por el vació que dejo en mi vida sabe que por mas chistes que yo haga y por mucho sarcasmo e ironía que haya en mis palabras no he dejado ni por un minuto de necesitar a mi madre, porque el único motivo de no necesitarla es no haberla conocido. 

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